Por: NICOLÁS OLIVARES
A medida de que las bandas van sumando años y álbumes con el tiempo, muchas de estas tienen altibajos de calidad, o pierden gradualmente la fuerza y la capacidad para seguir presentando una propuesta fuerte e innovadora. En el caso de Adelaida, este power trio ha alcanzado la complicada tarea de superarse a sí mismos tras tres álbumes que tenían la materia prima para ser grandes proyectos, pero que terminaron siendo del montón. La banda porteña conformada por Claudio Manríquez «Jurel Sónico«, Gabriel «Lele» Holzapfel y Naty Lane, lanzó el pasado 17 de abril su cuarta placa de estudio, «Animita«, lanzado bajo el sello Mescalina, y parece ser una buena aproximación al potencial que posee este conjunto.
Uno de los puntos a favor de Animita, es que logra desenvolverse sin ser un disco monótono. El LP posee una gran influencia del garage rock, el noise y el shoegaze, y sale airoso ante las dificultades de hacer un álbum de más de cuarenta minutos en estos géneros musicales. Sobre todo en los discos de shoegaze, al ser un género con una variedad estética continua a través de la extensión de los proyectos, muchas veces estos pierden fuerza o caen en la redundancia. Sin embargo, Adelaida echa mano a sus influencias grunge y psicodélicas para refrescar el paisaje sonoro de su creación de forma constante.
Los ganadores del premio Pulsar a mejor banda de rock el año 2018, consiguen madurar su sonido tras el trabajo predecesor a «Animita«, «Paraíso» (con el cuál obtuvieron el premio antes mencionado), que a grandes rasgos es más ambicioso que sus dos primeros álbumes, pero que a mitad de camino empieza a hacerse extenuante de terminar. La banda remedia esto incorporando nuevos elementos al aspecto musical, y una inventiva que les da la versatilidad necesaria para que el disco se disfrute de principio a fin.
Hay algunas dificultades en este camino, de todas formas. No fue hasta el tercer tema que para mí el disco empezó a acelerar en debida forma, y antes de eso, no encontré muchas cosas con las que «hacer click». El opener, «Perdida«, es un track pegajoso y con un gran riff que inicia y da término a este, pero no es nada que no hayamos escuchado antes de parte del grupo -u otros grupos de este estilo-, «Kraken» presenta un ritmo muy garajero, y es un tema aceptable, pero el primero en captar verdaderamente mi atención es «Mundo«, que posee un detalle muy interesante, los ad-libs vocales de Naty Lane son bastante peculiares, pero me sorprendieron en un sentido muy positivo, me recuerdan mucho a las voces de Melt-Banana, banda de noise rock japonesa con la que rayo la papa cada vez que la escucho. El resto del tema es igual de entretenido, está entre mis favoritos.
A nivel instrumental debo decir que el LP, a grandes rasgos cumple su cometido, las guitarras de Manríquez son llamativas y están bien ejecutadas, sin embargo, el apartado vocal varía desde «plano» hasta «aceptable» en los distintos pasajes, y algunas cosas, como los vocales screamo que aparecen de repente, tras minutos de una performance relativamente calmada, parecen un poco fuera de lugar. El bajo y la batería tienen una buena actuación, y sumándose al trío original, el disco cuenta con distintos artistas invitados, como Chini en «No hay daño«, Anke Steinhofel y Matías Saldías.
Animita está muy lejos de ser un proyecto brillante, pero dentro de todo es un álbum correcto, y supera varias de las falencias de sus predecesores. Adelaida ha logrado construir una fanaticada numerosa con sus proyectos anteriores, y creo que estos seguidores habrán quedado satisfechos con el resultado de este disco. Espero que la banda sepa capitalizar el salto de calidad que dieron con este disco, y que sigan experimentando, ya que la adición de nuevos elementos en la composición hacen que este LP le entregue una marcada personalidad al conjunto, hay cientos de bandas de rock alternativo en el país y en el resto de Sudamérica, y tener un sello propio es el primer paso para posicionarse en lo más alto.
La calificación para este álbum es de 6 de 10.