Por: NICOLÁS OLIVARES
¿Qué significa el acto de matar a un hombre? Desde el punto de vista de la justicia, es un crimen, pero ¿Qué hay más allá?. Se dice que en un asesinato la víctima pierde su vida, y el asesino pierde todo rastro de su humanidad, pero solo es una de tantas conjeturas que se pueden sacar al analizar un acto tan inmenso -y a veces relativizado- como lo es despojar de la vida a un ser humano. Esta duda es el motivo lírico de «Limbo«, último EP de la agrupación santiaguina Matar un Hombre, quiénes reinterpretan su propio nombre, y presentan sus diversas significancias en este compacto álbum lanzado por el sello Zilla Records.
El proyecto está compuesto por solo tres canciones, aunque la extensión de aquellas es bastante generosa, sumando quince minutos en total. Es el tercer lanzamiento de la banda, tras el split «Flor azul, espinas rojas» junto a Malditos Vecinos en 2019, y «MUH«, extended play lanzado en 2020. En este trabajo, Matar un Hombre retoma su característico sonido shoegaze, pero agrega elementos que realzan las atmósferas creadas en cada tema, como punteos con influencias del dream pop, y una producción que logra que las secciones melódicas suenen más densas y pesadas que las de sus trabajos anteriores.
Una clara muestra de esta nueva forma de crear estos ambientes sonoros, es la canción que abre los fuegos en este extended play. «Scheuch» comienza a llenar progresivamente el espacio antes ocupado por el silencio a través de tenues notas que se acercan lenta y temblorosamente hacia nuestros oídos. Cuando ya todo es un manojo indesmenuzable de sonidos de guitarra, se desata la cadencia distorsionada y potente de la sección melódica. A pesar de los casi seis minutos de duración, las adiciones de la voz y los contagiosos y contundentes ritmos de batería hacen que la escucha no se vuelva tediosa.
Las dos canciones restantes, «Marr» y «Gusinde«, siguen estructuras más o menos parecidas: intros suaves que explotan en implacables muros de sonido. Al ser solo tres temas, tampoco podemos decir que la repetición de esta secuencia llega a cansar, pero se echa de menos alguna canción donde esto varíe, y donde podamos escuchar otras facetas de la banda. El «highlight» del EP, en mi opinión, es «Gusinde«, el track que cierra, donde tenemos verdaderos momentazos como la nube de guitarrazos noise que se hace presente en medio del tema, y que cierra con un fenomenal remate de la percusión.
Una de las novedades en «Limbo» es, justamente, la batería. En esta ocasión, el batero a cargo es Felipe Flores, quien hace una tremenda contribución con sus frenéticos ritmos que acercan el sonido de la agrupación a géneros como el post-rock y el hardcore. Flores está también a cargo de la masterización, y eso es también una de las cosas que me llama la atención acerca de Matar un Hombre, en los créditos técnicos, figuran en cada uno los miembros de la banda. Diego Tapia se encarga de las guitarras y el diseño artístico; Polo Núñez toma la guitarra, la voz, las letras y crea el concepto; mientras que Paolo Riffo aporta en el bajo y la mezcla. Este sentido de la autogestión ha aportado bastante, ya que el aspecto gráfico-conceptual, así como la producción están dentro de lo más destacable de la obra.
El punto más negativo que podría señalar es que, en el papel, la temática presente en «Limbo», donde la banda señala querer explicar qué es lo que significa «matar a un hombre», es en sí bastante interesante pero, lamentablemente, no llega a desarrollarse por completo, esto debido a lo sepultada que esta la voz en la mezcla, lo que hace que desde las letras el mensaje no llegue de la mejor manera a quien escucha. Si bien la falta de predominancia de la voz en detrimento de la instrumental es una característica de este tipo de géneros, esto finalmente genera que solo nos quedemos con la mitad del soporte del concepto tras el EP, que sería el aspecto sonoro, que de todas formas está bien ejecutado, por lo que al menos nos queda eso.
Diferenciarse de las demás bandas, en ocasiones, es un gran reto que deben superar las agrupaciones con influencias de noise pop y shoegaze, y creo que Matar un Hombre logra darle un valor agregado a su propuesta gracias a «Limbo», siendo bastante atrapante a pesar de que la falta de variantes en su sonido se hace evidente a ratos. A pesar de esto, la banda nos entrega un EP sólido, donde fueron capaces de tomar un concepto, desarrollarlo en un espacio reducido y salir airosos, siendo desde mi percepción uno de los discos de este tipo más «maduros» que he escuchado en los últimos meses. Los santiaguinos han sido, de la misma forma, bastante prolíficos en un momento complicado, haciendo un lanzamiento por año. Espero que esa ética de trabajo, el sentido constructivo de la autogestión y sus propuestas interesantes logren hacerlos crecer.
Mi calificación para este disco es de un 6 de 10.
