Por: NICOLÁS OLIVARES
Mientras algunos proyectos se vieron frenados o aplazados por la pandemia, hay otros que aprovecharon esta pausa indefinida de la normalidad para replegarse, planificar y llevar acabo planes aún más grandes. Entre estas iniciativas (y al igual que este modesto blog) se encuentra la banda BRILLO ET, formada en 2019, en medio del período entre el estallido social y la crisis mundial por el COVID-19. La suspensión general de las actividades al principio de su vida como grupo, instó a sus integrantes a enfocarse en trabajar el disco que nos convoca hoy, el EP homónimo «BRILLO ET«, lanzado en marzo de 2021.
En este extended play de quince minutos de duración, y repartidos en cinco canciones, la banda nacida en Maipú despliega su particular estilo influenciado por agrupaciones de post-punk y art punk, destacando el uso de drum machines en vez de la clásica batería, y la voz a cargo del también guitarrista Alain Villanueva, cuyo tono -y a veces ausencia de aquello- presenta similitudes con otros vocalistas del género como Carlos Cabezas o el irlandés Grian Chatten de Fontaines D.C..
Una de las primeras cosas que resalta al escuchar este corto proyecto, es la energía cruda y potente que emana de sus temas. En todo momento podemos oír un producto suelto y rudimentario en lo sonoro, sin embargo, no estamos frente a un simple compendio de cortes ruidosos lanzado sin premeditación, sino que el álbum presenta, de forma bastante concisa, a una banda que logra maquinar un desplante enérgico y original, en un género que a veces es malinterpretado como repetitivo o letárgico.
El disco parte en un tono más o menos pausado (en comparación con lo que viene después), «Lo que estaba detrás«, el primer track, muestra de a poco una interesante mezcla entre la faceta más melódica de BRILLO ET, y la otra más descarnada y transgresora. No es un inicio tan energético como podría haber sido, pero sirve de todas formas para calentar motores, ya que desde este pequeño coqueteo con ritmos más convencionales, empieza a construirse de forma exponencial la dimensión más disonante y osada de la agrupación.
Una de las muestras de esta vertiente, es el single lanzado con anterioridad, «No les debes nada más«, dividido en dos secciones, donde en una predominan las sucias y sobrecargadas guitarras, seguidas de otra mitad dominada por el esquema rítmico llevado por bajo y los samples de percusión. Es interesante como se saca provecho de los pocos elementos presentes para «llenar» de cierta forma el paisaje de esta obra, como en «Joven, Buin«, donde los guitarrazos noise de Aarón y Alain Villanueva, y el ritmo parsimonioso de la batería transmiten sensaciones de caos y precaución, con imágenes bastante nítidas para lo simple que pueda llegar a parecer el trabajo de este tipo en discos con sonido tan «garagero».
Desde mis propias sensaciones, creo que el tema más cautivador y completo del proyecto es «Yak«, que cerca del final del EP nos envuelve con un ritmo intenso y mecánico. No puedo quedarme sin elogiar la labor en el uso del drum machine, el sonido hueco y casi industrial de aquel sample queda como anillo al dedo, y el constante ritmo que cambia entre medio de corcheas a negras lo hacen un tema redondo. Mención especial también para el bajo en esta canción, a cargo de Ignacio Jeria.
Una de las pocas cosas que podría objetar acerca de este disco homónimo, son pequeños carices en materia de producción (que tal vez es muy pronto para exigir aún), que de todas formas es correcto para el contexto y el estilo de lo lanzado. El disco posee una estética desprolija, pero no suena destartalado, hay un orden y estructura lógicos presentes. Por otro lado, en lo lírico, el trabajo está dentro de los estándares del género, pero se le pudo haber dado más realce a este aspecto, considerando la carga social y crítica que se puede alcanzar a apreciar.
El debut de los maipucinos se instala como una de las pequeñas y gratas sorpresas que han aparecido en este primer semestre. La banda está aún en una etapa muy temprana, buscándose los espacios para seguir creciendo, pero se ubica con este disco en la interesante camada de artistas del sector surponiente de Santiago. BRILLO ET aprovechó la pandemia para iniciar su camino en la escena, y espero que el fin de esta crisis signifique para ellos el camino de la consolidación, de la mano de las presentaciones en vivo y futuros proyectos discográficos.
Mi calificación para este disco es de un 6 de 10.
