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Perdidos en la fantasía: La Plaza del Puma – El Valle de los Desilusionados (2020) – Crítica Musical

Por: NICOLÁS OLIVARES

Con un estilo influenciado por ritmos latinos e instrumentales jazzísticas, La Plaza del Puma, agrupación santiaguina de hip hop, lanza su tercer álbum de estudio, “El valle de los desilusionados”, sucesor de “El Sueño Puro” (2013) y “El Día de los Muertos” (2019). En este tercer trabajo, lanzado con mucho menos margen temporal que los dos anteriores, la banda presenta una impronta más sombría, una lírica directa y claramente influenciada por el contexto oscuro en el que fue producido, sello distinguible en la mayoría de proyectos lanzados en el último tiempo. 

La banda compuesta por Felipe Bórquez y Giancarlo Valdebenito (exbajista de Hoppo!, proyecto de Rubén Albarrán de Café Tacvba), presenta un disco que se centra claramente en el ámbito musical y melódico. El componente lírico, como es típico del hip hop, siempre está ahí, y es un ingrediente principal de cada trabajo discográfico del género, sin embargo, este no es el punto principal, o al menos eso es lo que me parece al procesar los veinticuatro minutos que duran los ocho tracks de este LP. En el álbum, a parte de los beats de bombo y caja, los sintetizadores y teclados, aparecen varios instrumentos acústicos, vientos e instrumentos andinos, así como otros componentes como acordeones, los cuáles suman una interesante influencia de música chilota. 

La comunión de esta riqueza instrumental, hace que “El valle de los desilusionados” sea un disco sonoramente exquisito, y que tiene poco que envidiar a producciones de hip hop extranjeras. Cada uno de los ocho temas posee una sonoridad distinta, lo que habla de una composición musical creativa y original. Estas bases sirven como un cómodo colchón melódico para las pistas vocales, interpretadas por Valdebenito, las cuáles cumplen con su cometido, pero siendo a su vez de lo menos destacable del larga duración en general. 

Esto se hace evidente a medida que el disco avanza, ya que sobre todo en la primera mitad del proyecto, la variación en el estilo del rapeo y los coros y ad-libs que van después de cada barra no presentan una variación suficiente para hacerlos distinguibles, y mucho menos innovadores o destacables. El componente lírico, en tanto, es correcto y de una regularidad constante a través de todo el LP, con un asidero social y político muy interesante, con comentarios acerca de los males que acechan a la sociedad chilena y sudamericana en general. 

Uno de los puntos menos positivos del álbum, es que se demora en “tomar vuelo” hacia el máximo de su potencial sonoro y prosaico. En el tema que abre el disco, “Más que carne” por ejemplo, el aspecto musical y las letras son notables, pero el delivery de las vocales no termina de cuajar del todo. En “Saliva Pasajera”, track que le sigue, nos encontramos con el mejor trabajo instrumental del disco, con un beat y producción de primerísimo primer nivel, pero que el resto de componentes no logran igualar en calidad. Esta disparidad es notoria en la primera mitad del disco, tras la cual comienzan a aparecer los grandes momentos de “El valle de los desilusionados”. 

En esta segunda mitad, la calidad entre letras, música y trabajo vocal está totalmente equiparada, en “No nacimos ayer” nos encontramos con un gran tema acústico, sin componentes rítmicos o de percusión, con una letra cargada de sentimentalismo y una entrega vocal creativa. En otro tema como “Pseudo Guerrilleros” tenemos la letra más social e incendiaria del álbum, proyecto cuya última canción es la mejor, y un broche de oro perfecto. “Yo no” es una canción que en solo un minuto y 59 segundos presenta la performance vocal más explosiva y atractiva del LP, la voz de Giancarlo suena fantástica, como despertando de golpe tras un pequeño letargo, me sorprendió mucho escuchar algo así de potente en el extremo final del trabajo. 

El valle de los desilusionados” es un álbum que empuja ligeramente las barreras de la música que se ha producido en el parafraseado “contexto de pandemia”, no porque sea un disco descollante en términos de calidad o innovación en su género, sino que en el sentido que toma este contexto de incertidumbre y encierro, pero no citándolo de manera literal o haciendo que el disco gire en torno a aquello, sino que canalizando y transmitiendo los sentimientos que este confinamiento ha generado en todos nosotros. En resumen, creo que el álbum es un proyecto agradable de escuchar y experimentar, con sus virtudes y falencias, terminando en un balance positivo, un disco que volvería a escuchar. 

Mi calificación para este disco es de un 6 de 10. 

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