Por: NICOLÁS OLIVARES
Últimamente, han proliferado muchos artistas y bandas que mezclan sonidos urbanos con corrientes alternativas del rock y el pop. En este mismo espacio, le hemos dado cabida a varios discos con estas características. A veces con buen resultado como «Aló!» de Pedropiedra, que supo aprovechar muy bien la conjunción de estos dos mundos sonoros, y otros bastante infames, como «Amanda» de El cómodo silencio de los que hablan poco que, quizás influenciados por su cercanía a artistas de trap como Gianluca, dieron a luz un disco que planteaba, sin duda, lo peor de ambos mundos -y que aún figura cómo la review más negativa que hemos hecho hasta la fecha-.
En el disco que revisaremos a continuación, St. Mängata, proyecto liderado por el compositor oriundo de Quintero, Nicolás Silva, nos lleva a recorrer las cuatro pistas de «Abisal«, su EP debut de la mano de un amplio catálogo de influencias musicales. El cantautor lanza este trabajo a mediados de agosto, después de tres singles lanzados entre el 2019 y este año, por lo que nos encontramos con un artista con una incipiente carrera, con las ventajas, oportunidades y desventajas que esto conlleva.
La propuesta que comentaba anteriormente se muestra desde los primeros segundos del álbum, que abre con un suave órgano muy al estilo del dub jamaiquino y el rocksteady, en contrapunto con un lúgubre bajo sintetizado. Y lo primero en llamar la atención es que este opener, «Sobre tí«, está vocalizado casi en su totalidad de forma rapeada. No tengo mayores comentarios acerca del rapeo del músico quinterano, en algunos pasajes ocupa un fraseo muy moderno, habitual en la veta más contemporánea del hip hop, hasta que en el coro añade ciertos toques de melodía en su voz. Hasta ahora nada que desentone.
En donde sí creo que hay algunos problemas, es en el aspecto lírico, en el que se hace un cometido aceptable, pero con ciertas inconsistencias. Un ejemplo es la misma «Sobre tí«, donde antes del coro, la letra agregaba bastante a lo que se estaba construyendo junto a la instrumental, pero a su vez, en el estribillo presenta uno de los pasajes con más poca inspiración del álbum en general: «I will never let go/ Mientras el sol se ponga/ Mientras la vida se me agota/ Requiero un poco de droga pa’ sobrevivir, yeah«. Momento que creo no le hace justicia al resto de la canción, sintiéndose un poco cliché y/o fuera de lugar.
A pesar de que claramente esta barra no fue lo mejor que St. Mängata ofreció en el álbum, hay varios fragmentos que reivindican las líricas en este disco. «Los destellos iluminan el camino correcto/ Somos nosotros elegimos o no morder el anzuelo/ Quiero recalcar que es bueno experimentar uno mismo/ Pero no viene mal que alguien te salve del abismo» adorna uno de los pasajes de «Pasos«, último tema del tracklist, y creo que líneas como esa, que pueden parecer bastante simples, son las que mejor expresan la intención de lo comunicado.
Además de las influencias musicales variadas con las que inicia el disco, podemos ver como este progresivamente va tomando más elementos que lo acercan al indie y al pop alternativo, acrecentándose estas instancias a medida de que el EP avanza. Comenzamos con un tema influenciado por el reggae y la música soul, y terminamos con un rock alternativo bastante robusto en cuanto a amalgamas con instrumentos de cuerdas. Al ser solo cuatro temas, puede quedar la sensación de que no hay un concepto unificado o constante en este trabajo, cosa que podría mermar su propuesta, pero de todas formas, veo como algo positivo el atreverse a tomar todos estos elementos sin transformar las canciones en catervas compositivas sin pies ni cabeza. «Abisal» en ese sentido -y en varios otros-, se ubica en una especie de punto medio.
El punto más alto, sin duda es «Olas«, segundo tema del extended play, y que a pesar de no haber sido el single, es la canción más popular del proyecto en las plataformas de streaming. Y la verdad es que es un tema muy bien armado, la producción de «Abisal» es uno de los puntos fuertes, ya que todo suena diez de diez, pero esta alcanza su máxima expresión en este track. Desde el inicio con esa entrada densa y electrónica que te hace sentir verdaderamente bajo el mar, hasta ese gran cierre donde los sintes se difuminan, quedando solo teclado y voz. Gran concepto, gran canción de inicio a fin.
Nicolás, con su proyecto St. Mängata, está recién germinando como compositor. Un par de singles y este extended play son todo el material que hasta ahora tiene disponible, y aunque el álbum no es nada del otro mundo, presenta una propuesta clara y que no se estanca en una sola propuesta musical. El potencial que posee el proyecto le ha valido la posibilidad de lanzar su música, plasmarla en un disco, e incluso ser convocado para participar en Rock Carnaza 2019, una gran instancia para músicos independientes de nuestro país.
Estoy consciente de que muchas veces, emprender un proyecto de forma solista es una buena oportunidad para poder dejar correr la imaginación de una manera más personal y rigurosa con las propias expectativas del artista. Sin embargo, creo que en este proyecto en específico, la figura de Silva se muestra muy solitaria, y eso genera que la composición y el entramado en el que se sostiene el disco, se sienta de cierta forma, muy estático, lo que hace que el producto final se tambalee a momentos. Como el mismo Nicolás dice en «Pasos«, es bueno estar en solitario, pero a veces es más bello compartir el espacio.
Seguir volcando creatividad en forma de más música, es la única forma de que St. Mängata siga progresando hasta lograr lanzar el disco que lo consolide musicalmente, o que lo lance a un puesto de privilegio en el circuito. Espero que con estos meses difíciles para la confección de productos musicales, no se vea afectado el afán compositivo para autores como Nicolás Silva, y que sus ansias de progreso no se hayan ido con el viento. Cuando se avanza con inteligencia y planificando las cosas de forma meticulosa, todos los pasos son crecer.
Mi calificación para este disco es de 5/10.
