Por: CRISTIAN AVILÉS
Hace poco más de siete años, Jorge González se presentó por primera y única vez como solista en el escenario del Festival de la Canción de Viña del Mar, en una noche que no estuvo exento de polémicas, pues el otrora integrante de Los Prisioneros no recibió la Gaviota de Oro en el escenario, sino que partió a camarines antes de que se le fuese entregada. Debido a esta y otras polémicas festivaleras, pasó a segundo plano que ese mismo día González presentaba su cuarto álbum de estudio: «Libro» (Plaza Independencia, 2013).
La producción fue íntegramente en el hogar en el hogar de Jorge González en Berlín. Por esa misma razón, el disco es bien personal y nos muestra como se sentía Jorge en ese momento. Sin embargo, a diferencia de lo hecho en «El futuro se fue» (EMI, 1994) donde prácticamente cualquier intento de hit dentro del disco no existía (por el disgusto de JG con la disquera por cómo fue producido su primer LP), acá el cantante logra combinar lo comercial con lo íntimo. «Nunca te haría daño» y «Es muy tarde» son el vivo ejemplo de aquello y precisamente son dos de los cuatro cortes de difusión que tuvo el álbum.
Hoy, al fin Jorge González es valorado como siempre debió ser. Luego de sufrir un accidente cerebrovascular en 2015, empezó a recibir el reconocimiento mediático, y se le han hecho un montón de homenajes. Sin embargo, desde la prensa se le ha dado especial énfasis a los temas más conocidos de Los Prisioneros, olvidándose del resto de lo hecho por el artista. Es necesario rescatar del olvido este álbum y otras grandes canciones escritas por el sanmiguelino.
