Por: NICOLÁS OLIVARES
A pesar de haber comenzado sus carreras en separado, y llevar solo alrededor de dos años trabajando en conjunto, es difícil imaginar la carrera de Polimá Westcoast sin Young Cister, y viceversa. La química que alcanzaron como dúo no tiene parangón en la escena criolla, y a raíz de la fama de dupleta imparable que construyeron con docenas de colaboraciones juntos, Sony Music los ficha a los dos bajo el proyecto Brokeboyz. Después de la primera incursión de Ngangu en Lollapalooza 2019, el anuncio de su fichaje por el sello multinacional, y la anticipación por el disco que nos convoca hoy «Eqilibrio«, parecía que el 2020 sería el año dorado para este talentoso par de artistas, el destino quiso otra cosa, y el sueño estuvo muy cerca de derrumbarse.
Las graves denuncias de conducta sexual inapropiada hacia su productor de cabecera, El Ambidieztro, mientras ellos actuaban en Argentina, las acusaciones de que Marvin Cruz, uno de los productores que colabaroría con el proyecto, habría robado beats de otros artistas, y la poca claridad en la nueva fecha de lanzamiento tras el aplazamiento del álbum, hicieron de que el proceso para que este disco viera la luz fuese uno turbulento, y que empañaría de sobremanera el momento soñado que los traperos nacionales estaban próximos a vivir. De todas formas, todas las dudas generadas por estos aspectos extramusicales iban a ser aclaradas con la salida del LP el pasado 5 de junio. Ésta es una mirada en extenso acerca de los resultados.
En Eqilibrio existe una clara intención de no quedarse pegado en un sonido típico, o ceñirse a lo que el público puede esperar de Polimá y Cister, y a pesar de que este paradigma genera varios de los mejores momentos del álbum, también hace que el disco no tenga un hilo conductor importante, o un concepto detrás que unifique las ideas detrás de la composición y producción. A pesar de esto, como dije antes, romper los moldes del sonido clásico que ambos artistas han desarrollado resultaron en temas como MegaBytes, con un beat muy a lo Kodak Black, cuya influencia es notoria sobre todo dentro del trabajo del chileno-angoleño. También está Asthar Sheran, que haciéndole justicia a su nombre, combina temática y sonidos espaciales, creando una vibra ingeniosa y distintiva en la obra.
Aunque sin duda, el mejor ejemplo de la experimentación musical al servicio de Eqilibrio, es uno de los adelantos liberados hace algunos meses, y sin dudas, mi tema favorito, Luismi, que toma prestadas influencias del pop y el funk ochentero, y donde las voces de Polimá y de Esteban Cisterna conectan de forma maravillosa, y agradezco que haya artistas de música urbana que hagan el intento con este tipo de influencias. Otros temas que destacan son el opener «Fuera de mí» que causó muchas comparaciones con trabajos de Travis Scott, y que lo destaco justamente por la decisión de incorporar un sonido muy americanizado sobre todo en su producción en el flow, que es una de las cosas que diferencia a la movida chilena con los exponentes de otros países sudamericanos. A su vez, a CNECC lo veo como otro potencial hit, con un gancho muy pegajoso y mucha química entre Cister y Poli, el llamado «equilibrio» que da nombre al disco.
Hay otros cortes que no brillan tanto y hacen un poco de bulto, cosa que pasa en la mayoría de los trabajos largos de trap latino. Temas como «Survive«, que me parece una buena idea, pero en la ejecución se hace un poco redundante, aunque el carisma de los cantantes y el beat son capaces de salvarlo. También está el que a mi juicio es la canción más débil de ésta placa de estudio, «Worldwide«, que a grandes rasgos parece un refrito de la performance que Polimá realizó en su reconocida sesión con el producor argentino Bizarrap, por lo el tema se siente como un «truco viejo».
La decisión de no incluir artistas invitados es bastante valiente y debo reconocer que es un statement durísimo de que el trabajo que ellos ejercen como dupla es suficiente para llenar todos los espacios que se abren al lanzar un disco de doce temas, y treinta y seis minutos de duración. Y la verdad es que sí, no es que se echen mucho de menos los feats, pero estos muchas veces son requeridos en las canciones de traps no solo para inflar los números de los videos, sino que para a grandes rasgos no repetir la misma fórmula a lo largo de todo el LP, y desde ese punto de vista, algunas colaboraciones hubiesen hecho a Eqilibrio, un álbum mucho más interesante y emocionante de escuchar. Aún así, aplaudo esta jugada, ya que una vez que vuelvan a presentarse en vivo, tendrán mucho de donde escoger para poder cantar sin tener que poner las pistas de los invitados cuando estén en escena. Construyeron un repertorio que les será muy útil, cuando ésta es una de las falencias de varios artistas nuevos.
En resumen, «Eqilibrio» como primer trabajo de larga duración como dúo para los Brokeboyz es un intento bien logrado, y pasa la «prueba de la blancura» del trap nacional al poder entregar un disco que se pueda sostener por sí mismo, sin la necesidad de apilar un montoncito de hits y singles uno encima de otro para que parezca un «grandes éxitos» glorificado. Como aclaré al principio, fueron factores totalmente ajenos a la música los que afectaron a la explosión del disco en su salida, y que hizo que mucha gente agotara sus expectativas y terminaran algo confundidos con el resultado. A pesar de no ser otro palo pa’ la historia, es uno de los trabajos discográficos más sólidos de la escena nacional, y a pesar de que ambos artistas han manifestado el deseo de retirarse por las duras turbulencias que ha tenido su viaje al estrellato, pareciera que aquello es algo pasajero (no pun intended), ya que ambos ya han manifestado que tienen más música en carpeta. Es un buen disco, que quieres que te diga.
La calificación para este disco es de 7 de 10.