Por: NICOLÁS OLIVARES
Entrada la década de los ’80 en Chile, una movida importante de bandas de pop rock y new wave emergía desde las aulas de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile. Debido al riesgo de ser artista en medio de la Dictadura Militar, el panorama musical chileno era precario y excesivamente santiago-centrista. Y antes de la irrupción de bandas como Los Tres en los ’90, o De Saloon y Los Bunkers en los 2000′, la escena de Concepción tuvo como grandes representantes a Emociones Clandestinas. Una banda tan singular como mítica, cuyo único registro discográfico oficial, «Abajo en la costanera«, aún es recordado como uno de los discos pivotales de la música ochentera en nuestro país. Un álbum directo y sincero, post-punk de tomo y lomo.
Algo que hace a «Abajo en la costanera» un LP clásico en el cancionero chileno, es que en medio de tanta fórmula y repetición en las onderas agrupaciones de la época, de pronto aparece una propuesta totalmente genuina e irrepetible. Han pasado más de treinta años desde el lanzamiento de este proyecto, y aún hay ciertos elementos que nadie más en nuestra historia musical ha intentado probar o replicar. Elementos que quedaron el disco de forma totalmente deliberada, así como accidental en algunos casos, como el de la lánguida y rígida voz de Yogui Alvarado, quien jamás había figurado como vocalista del grupo hasta la grabación del mismo, poco después de la salida de la mítica Carmen Gloria Narváez.
La fuerza y el carácter que la banda demostrado a través de su música y letras llamó la atención de EMI, y de bandas como Los Prisioneros. Parte de los demos fueron grabados en la casa de Jorge González, y este mismo hace coros que pueden ser escuchados en «Es esto revolución», tema que a mi juicio es el mejor por lejos. La letra demuestra una postura autocrítica y muy despierta acerca de la rebeldía juvenil y su rol como agente de cambio en la sociedad, con una inteligencia que en la época solo se había visto en la banda oriunda de San Miguel. Abajo en la costanera es un disco que no solo dejó recordados hits como «Un nuevo baile» y «Cajitas rectangulares» sino que aportó una visión muy original y necesaria, un manifiesto de la movida penquista que vio en Emociones Clandestinas, a sus portavoces y mayores exponentes.