Por: NICOLÁS OLIVARES
Gracias a los avances en tecnología y a la hiperglobalización que nos ha traído el internet, producir y lanzar música nunca antes había sido tan accesible, y esto nos ha entregado un variopinto catálogo de exponentes de música independiente que escuchamos hoy en día. Sin embargo, si tuviésemos que nombrar un «efecto secundario» de esta situación, es que ahora el proceso detrás de grabar álbumes de estudio es mucho más apresurado, y tenemos a agrupaciones lanzando discos tras discos a un ritmo ansiolítico.
Esto no necesariamente es algo negativo, pero hay muchos casos donde los primeros trabajos de las bandas o artistas son pobres en contenido y producción, hasta que en álbumes posteriores logran afirmarse. El ejemplo que analizaremos hoy, es precisamente todo lo contrario, ya que «La llamada de Héctor«, con su disco debut homónimo, logra entregar una estupenda carta de presentación, y pareciera que en este caso, no hay nada hecho al azar.
Las canciones de este álbum mayoritariamente datan desde hace más de dos años, y sus primeras versiones aún figuran en el canal de Youtube de la banda, y me llama poderosamente la atención el gran progreso a través del tiempo. La banda comienza a componer a través de jam sessions, sin un rumbo definido, y logra transformar aquello en piezas musicales que se sienten muy completas y cuidadas. Y ésta es la tónica que en mi opinión define este producto, el orden dentro de un estilo festivo y juvenil.
En este álbum de treinta y dos minutos, es posible ver una combinación de muchos géneros, tantos que ni la misma banda se gasta en definirse o etiquetarse con uno en particular. De partida hay guitarras con un rústico sonido de jangle pop, otras sonoridades recuerdan al post-punk, la grabación suena mucho a pop indie, y podríamos estar enumerando palabritas en inglés por harto rato. La cosa es que estos estilos conviven muy bien, y logran darle al grupo una identidad realmente propia.
El estilo relajado y algo monótono de la voz me recuerda a antiguos vocalistas nacionales como Jorge «Yogui» Alvarado de Emociones Clandestinas, o a Carlos Cabezas de Electrodomésticos. A veces puede parecer un poco plano y su sonido está un poco enterrado en el resto de los instrumentos, pero hay algunos fragmentos brillantes, y que demuestran lo bien pensada que puede estar la estructura del tema a pesar de la estética distendida del sonido. Un ejemplo es con el que me encontré al detenerme a tomar notas a la mitad del primer track «Piscina«, pensé en cual podría ser una buena manera de seguir la melodía del primer verso, y al escuchar el pequeño y alegre falsetillo del puente de la canción, es casi de forma obvia la respuesta más lógica, a pesar de ser bastante sencilla.
La producción se siente bastante natural, con la reverberación clásica del género, y que a pesar de estar mezclado y masterizado como todo álbum de estudio, suena en el mejor sentido posible a sala de ensayo, al calor del «en vivo», lo cual aporta mucho al estilo del LP en general. Paradójicamente, creo que la banda en este álbum suena mucho más contenida en su sonido que cómo realmente suena en directo, y esto puede ser algo negativo, aunque suene bien así como está.
Otro punto que hubiese mejorado es el orden de las canciones. La energía de cada una va pegando altibajos a lo largo del álbum, y en una opinión totalmente personal, «Aceituna» es el track con más power, y quizás el mejor del larga duración, por lo que hubiese sido un mejor punto de partida, en vez de un closer, papel que de todas formas cumple muy bien, ya que este disco se merecía terminar en lo alto.
En conclusión, «La llamada de Héctor» es una banda que tiene mucho por mejorar, pero que estableció un buen punto de partida. Hay veces en que se siente que el sonido del grupo podría ir mucho más allá, y que se queda en un punto un poco unidimensional. Sin embargo, con un debut fuerte, y una buena presencia en vivo, el grupo no tiene un techo definido. Tan solo queda esperar a que podamos salir del asqueroso confinamiento para descubrirlo.
La calificación para este disco es de un 7 de 10.