Por: NICOLÁS OLIVARES
Corría el año 2017, y una enérgica banda de indie rock comenzaba a hacer ruido de la mano de su debut, el homónimo «Super Especial» (Records DK, 2017). Aquel álbum da una muy buena primera impresión, y personalmente creo que es un disco muy entretenido, excelente si no se toma en cuenta el hecho de que la producción de este le falta bastante por pulir. Tres años más tarde, y en medio de uno de los períodos más turbulentos de las últimas décadas, la banda conocida en sus inicios con el nombre Mi intención no es molestar, lanza el día 3 de abril del presente año, su segundo larga duración, «Dramático» (Records DK, 2020), el cuál revisaremos el día de hoy.
Las influencias dentro de este disco están bastante marcadas desde el principio, y lo digo de la forma más literal posible; el álbum comienza con un riff que está a uno o dos pasos de ser material de reclamo por derechos de autor de parte de The Smiths. Obviamente al ser una banda de indie, las influencias de las guitarras de Johnny Marr pueden perfectamente estar presentes, así que este plagio-no-plagio de «This Charming Man» pasa jabonado. Si este fuera el caso, el viejo orate de Morrissey ya habría demandado a más de la mitad de los grupos del género. Quiero creer que en algún universo paralelo esto ocurre de verdad.
Del resto de guitarras en el resto del proyecto no tengo absolutamente nada que decir, es una seguidilla de pista tras pista de un trabajo muy bien pulido en este aspecto, y los problemas de producción que estaban presentes en su primera producción, han quedado totalmente atrás. No soy tan fanático del tonillo juvenil de las voces de los vocalistas indie, sobre todo cuando los integrantes de estos conjuntos gradualmente ya empiezan a estar más cerca de una crisis de los treinta, que de sus años de liceo. Sin embargo, me gusta bastante el trabajo de Gabriel Castillo en la mayoría […] de los temas.
Y hablo de la mayoría, ya que no puedo dejar escapar al sexto corte de este larga duración, «Teleserie Japonesa», que debe ser por lejos -y discúlpenme el lenguaje- una de las canciones más ahueonás’ que he escuchado en el último tiempo, y no puedo expresarlo de otra manera. En cierta forma es una decisión muy coherente con la estética de su sonido y su manera de construir los temas, pero simplemente no me puede gustar. Para describirlo con palabras simples, es un burdo intento de construir una canción con sonidos parecidos a los fonemas del lenguaje japonés, pero contando una de esas historias tan shuper-cotidianas que sacan aplausos en las facultades de humanidades a lo largo del país. El resultado fue un sinsentido que bien podría ser malinterpretado como una broma de pésimo gusto a la forma que hablan los japos. Lo único que me salvó de no skippear el track a la mitad cuando escuché el disco por primera vez -porque en otras ocasiones si lo hice- fue la bonita instrumental que lo acompaña. Desde ahora calificaré a toda canción con pobres imitaciones de dialectos asiáticos como crímenes de odio, así que no nos manden discos que tengan hueás así.
Las letras de las canciones son algo con lo que, sinceramente, no estoy del todo conforme hablando de este LP. Estas líricas tocan temas muy importantes, con mucho contenido social, pero creo, y parafraseando al político amarillento de su preferencia, que algunas veces simplemente «no es la forma». En el tema inicial, «La palabra», se relata de forma no muy sutil una situación de abuso sexual, y de fondo tenemos trompetas de ska, y la alegre tonadilla del tema sonando de fondo. Dejo mi juicio de este matiz totalmente reservado, ya que muchos pueden incluso encontrar ésta dualidad como una genialidad de parte de la banda. A mí simplemente me parece ultra desatinado, y me deja un mal sabor de boca.
En este mismo apartado, «Ser tu depresión», el último track de la lista, a pesar de no ser una mala canción, sobrepasa el termómetro de chiquillo-indie-depresivo hasta niveles patéticos. Aparte de estas menciones deshonrosas, el resto de líricas son más que aceptables, y complementan de buena manera al resto de la instrumentación.
Saliendo de los puntos negativos, mi canción favorita es por lejos «Caja negra». Me pongo de pie ante los arreglos de cuerdas del inicio y el bajo que suena a lo largo de toda la canción, hacen que la instrumental de este tema sea una delicia para escuchar. Además posee el coro más pegajoso que he escuchado en el último tiempo, realmente no pude sacármelo de la cabeza hasta varias horas después de escucharlo. La considero una de las mejores canciones chilenas que he escuchado este año, y es sin duda la mejor performance vocal del proyecto. Como complemento perfecto a la actuación de Castillo, una sutil pero acertadísima adición de coros femeninos, y los bronces acompañados de sintetizadores para cerrar la canción. Perfecta, no tiene puntos negativos, excepto que la canción que le sigue es la antes mencionada «Teleserie Japonesa», lo que convierte a la transición de estos dos temas en uno de los turn-offs musicales más trágicos de mi recorrido como «crítico» musical.
En resumen, no creo que «Dramático» sea un «mal» disco, para nada, pero hay un conjunto bastante importante de cosas que lo alejan de ser un «gran» disco. Se nota una madurez muy marcada respecto a su anterior trabajo, de hecho, suena mucho mejor que éste, pero creo que la banda no logra igualar o mejorar éste primer esfuerzo. El disco inicia bastante tibio, pero cerca de la mitad de su duración logra afirmarse de gran manera, y por momentos hay chispazos del verdadero potencial que tiene la agrupación. Espero que puedan seguir progresando y corrigiendo los errores.
La calificación para este disco es de 5/10.
Una respuesta a «Moderadamente especial: Super Especial – Dramático (2020) – Crítica Musical»
En mi opinión debieron haber puesto en diferente posición unas canciones y quitar totalmente otras y lanzarlas en forma de sencillos o EP, si fuera así sería facilmente un 9, aunque en lo personas me encantan todas las canciones, en el estado en el que sacaron el albúm le doy un 7.
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